En un clima de desconfianza y mientras Milei exponía ante la ONU, comenzó a discutirse el presupuesto 2026. El encargado de presentar el cronograma de trabajo fue José Luis Espert, quien pretende que las reuniones por la “Ley de leyes” se realicen los miércoles, día en que suelen convocarse las sesiones especiales. La oposición buscará imponer sus propios tiempos. Para eso deberá emplazar, en la próxima sesión, un esquema alternativo de reuniones y fechas para dictaminar. La misma herramienta podría usarse para obligar a Caputo a que esta vez concurra a explicar el presupuesto y brinde detalles sobre la nueva deuda que el gobierno piensa tomar. El año pasado, Milei presentó el presupuesto en el Congreso para evitarle el mal trago a su ministro. Tiempo después retiró el proyecto y decidió prorrogar la discrecionalidad por un año más. El objetivo de la oposición es evitar que el gobierno repita la maniobra.
«Se tiene que dejar de esconder Toto Caputo con respecto al Congreso, no me importa si tiene fobia a algunas reuniones», lanzó el presidente del bloque Unión por la Patria, Germán Martínez, en la primera reunión informativa por el presupuesto 2026. «No se puede dar un debate de presupuesto si Toto Caputo no abre y no es la primera persona en venir», insistió Martínez, luego de que José Luis Espert informara que el primer funcionario en exponer será el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, el próximo miércoles a las 13. La jugada de Espert tiene un doble objetivo: por un lado, bajarle el precio al debate una vez más con segundas líneas; por el otro, obstaculizar la sesión que la oposición prepara para ese mismo día. Los diputados creen que la maniobra busca mostrar vacía la comisión y culpar a la oposición de no querer debatir. En diálogo con Página12 el diputado Carlos Castagnetto sintetizó el encuentro: «Se le pidió a Espert que convoque a la comisión martes o jueves, dijo que sí, y cuando terminó convocó para el miércoles en lo personal, creo que no quieren tener presupuesto»
En efecto, el próximo miércoles la Cámara baja podría sesionar con una agenda particularmente adversa para el gobierno. Entre los temas destacados figuran los pedidos de interpelación a Karina Milei, Mario Lugones y Guillermo Francos por el escándalo de coimas en la ANDIS, que ya cuentan con dictamen para ser aprobados. A esto se sumará el tratamiento de los proyectos de moción de censura contra Francos por el incumplimiento de la Ley de Emergencia en Discapacidad. Y, finalmente, si los gobernadores mantienen su decisión, se avanzará también en el rechazo al veto presidencial a la ley de reparto de ATN. Si bien la sesión aún no fue convocada de manera formal, los bloques de Unión por la Patria, Encuentro Federal, Democracia para Siempre, la Coalición Cívica y, ahora también, el espacio de los ex libertarios agrupados en Coherencia, trabajan para reunir consensos e incorporar un cronograma de trabajo que acelere los tiempos del oficialismo.
La estrategia que delinea la oposición busca emplazar una citación al ministro de Economía para que explique el presupuesto y dé detalles sobre el nuevo salvataje del Tesoro norteamericano. También podrían establecer un cronograma específico de reuniones que contemple las fechas para emitir dictamen. El objetivo es anticiparse a las maniobras dilatorias del oficialismo, que buscará la media sanción recién después del recambio de la composición de ambas cámaras.
El salvataje al Congreso
El posteo del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunciando su “apoyo inquebrantable” al programa de Milei —que incluiría intervención en el mercado de bonos y un swap por USD 20.000 millones— fue uno de los temas más mencionados y anticipa nuevas semanas de confrontación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
Carlos Heller advirtió que los funcionarios deben concurrir al Congreso para explicar los alcances del nuevo endeudamiento: “Se trata de una cuestión trascendente que no puede ser omitida. Discutir el presupuesto sin conocer el detalle de esos acuerdos sería tomarnos el pelo”, lanzó. En la misma línea, Nicolás Massot planteó: “Queremos saber cuál va a ser la estrategia cambiaria y si este salvataje anunciado por los Estados Unidos va a ser utilizado para procrastinar todavía más la salida de un régimen cambiario que está agotado o si, por el contrario, será un punto de inflexión para una autocrítica”. Los planteos, sin embargo, fueron desoídos por el oficialismo. En la Casa Rosada aseguran que “un swap no tiene por qué pasar por el Congreso”.
El martes, Máximo Kirchner presentó un proyecto que declara nulo el salvataje de EE.UU si no obtiene aval parlamentario. La iniciativa, firmada también por sus compañeros de bloque, establece que cualquier acuerdo que no sea convalidado por una ley expresa será “nulo de nulidad absoluta” y no generará obligación alguna para el Estado argentino. A futuro implica que cualquier otra fuerza política que gobierne después de Milei podría desconocer el entendimiento. “La suscripción de un acuerdo financiero con el Tesoro de los Estados Unidos sin la aprobación del Congreso viola de manera flagrante la Constitución, que reserva al Poder Legislativo la potestad exclusiva sobre el endeudamiento público y los tratados internacionales”, fundamenta el proyecto.
Caputo en fuga
De gira por Estados Unidos, y aferrado al “respaldo” conseguido en Washington para el plan libertario —dispuesto a rematar todo con tal de llegar a octubre con un dólar contenido dentro del techo de la banda—, Luis Caputo busca una vez más esquivar su paso por el Congreso. La oposición, sin embargo, considera que su presencia es ineludible. El diputado de Encuentro Federal, Nicolás Massot, lo planteó con firmeza: “Es muy importante que tengamos una respuesta política del más alto nivel. No es un capricho, es una necesidad para restablecer confianza”. Además, propuso que la comisión de Presupuesto se reúna dos veces por semana, con el objetivo de alcanzar antes del cierre de las sesiones ordinarias la media sanción en Diputados.
El diputado de izquierda Cristian Castillo también reclamó la asistencia del ministro junto con la del titular del Banco Central. Y fue categórico: “Las proyecciones del próximo año no se ajustan a la realidad. No es lo que va a ocurrir: inflación de apenas 10%, difícil, muy complicado; estimación del crecimiento del 5%, difícil, tenemos una economía planchada por donde la miremos… el esquema para 2025 no es real y para 2026 tampoco”.
Desde el inicio del gobierno de Milei, el ministro de Economía evitó toda exposición ante el recinto. En septiembre del año pasado desairó a la Comisión de Presupuesto, donde debía presentar la hoja de ruta económica 2025. En un hecho inédito, fue el propio Milei quien terminó defendiendo el Presupuesto ante un puñado de diputados y senadores. La puesta en escena terminó sin presupuesto por segundo año consecutivo.
Su historial de ausencias se remonta a su paso por el gobierno de Mauricio Macri. En 2018, cuando era ministro de Finanzas, asistió al Congreso para dar explicaciones sobre el endeudamiento externo y su vínculo con sociedades offshore no declaradas. La sesión terminó abruptamente: en medio del debate, le entregó un papel a la diputada Gabriela Cerruti con un mensaje manuscrito que decía “Mis hijos tienen 11 y 13 años, no seas tan mala”.
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