19 de octubre de 2025

Colinental

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El deterioro externo, en números

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La balanza de pagos registró en el segundo trimestre del año un déficit de 3.016 millones de dólares, en marcado contraste con el superávit de 3.732 millones del mismo período de 2024. La reversión respondió al retroceso del saldo comercial, el mayor rojo en la cuenta de servicios y el aumento de los pagos de intereses y utilidades al exterior, lo que refleja la persistente fragilidad de las cuentas externas argentinas.

El detalle de la cuenta corriente muestra que el saldo de bienes arrojó un superávit de 2.668 millones, pero se redujo en más de 4.400 millones respecto al año anterior. Las exportaciones sumaron 21.057 millones, con una leve mejora interanual, mientras que las importaciones treparon a 18.389 millones, casi 4.750 millones más que en 2024. Así, la mejora de las ventas externas no alcanzó para compensar el fuerte repunte de la demanda de bienes importados, en particular en sectores industriales y energéticos.

La cuenta de servicios profundizó su déficit, que alcanzó 2.483 millones frente a 1.136 millones un año antes. La diferencia se explicó por el incremento en los gastos por viajes y transporte, que reflejan tanto la mayor salida de argentinos al exterior como el encarecimiento de fletes internacionales asociado a la suba de importaciones. El rojo del rubro viajes llegó a 1.454 millones, mientras que transporte marcó un saldo negativo de 886 millones. En conjunto, el intercambio de servicios totalizó 10.936 millones, con un aumento interanual de 23 por ciento.

El mayor factor de presión fue el ingreso primario, que registró un déficit de 4.080 millones, superior en más de mil millones al de 2024. Allí se concentraron los pagos de utilidades, dividendos e intereses a los inversores externos. Solo en inversión directa, el egreso por utilidades ascendió a 2.888 millones, mientras que la renta de cartera implicó otros 1.251 millones. En sentido contrario, el ingreso secundario aportó un superávit de 879 millones, impulsado por mayores impuestos corrientes percibidos por el Estado, aunque con caída en las transferencias personales.

En paralelo, la cuenta de capital cerró con un resultado positivo de 162 millones. Sumada a la cuenta corriente, el endeudamiento neto de la economía se elevó a 2.854 millones. Esa necesidad de financiamiento se cubrió a través de la cuenta financiera, que mostró un ingreso neto de 2.835 millones. El dato central fue el aumento de 14.271 millones en las reservas internacionales del Banco Central, explicado por desembolsos de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y por la ampliación de operaciones de financiamiento con bancos internacionales. Al mismo tiempo, el gobierno incrementó su endeudamiento en más de 18.000 millones, principalmente con el FMI, mientras que las empresas privadas y el propio Banco Central también expandieron sus pasivos externos.

En lo que refiere al stock de deuda externa bruta, al cierre de junio ascendió a 305.043 millones a valor nominal, con un aumento trimestral de 23.783 millones. El incremento se concentró en el gobierno general, cuya deuda creció 18.480 millones en el trimestre, en línea con los nuevos desembolsos de organismos internacionales.

El informe del Indec muestra así una dinámica de creciente vulnerabilidad externa: pese al superávit comercial, el fuerte déficit de servicios, la carga de intereses y dividendos y el aumento del endeudamiento mantienen a la economía en una situación de dependencia del financiamiento externo y de la asistencia de organismos multilaterales.

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