18 de octubre de 2025

Colinental

Toda la información al instante.

El Día de la Lealtad Peronista junto a CFK

Compartir este contenido

Una voz comienza a resonar en el aire. Los cánticos merman, la gente distraída empieza a correr en dirección al balcón. Una multitud escuchó las palabras de Cristina Fernández de Kirchner reproducidas en parlantes en las inmediaciones de San José 1111, minutos antes de las seis de la tarde. Cuando el reloj se clavó en punto, la expresidenta salió al balcón de su domicilio y la ovación estremecedora sacudió a las 50 mil personas que se estima circularon por las afueras de su casa. Para CFK, que cumple su cuarto mes de condena y analiza con preocupación los avances del plan económico del gobierno nacional, el ochenta aniversario del Día de la Lealtad Peronista no es un aniversario más: «Hoy, 17 de octubre, no venimos a recordar una fecha, venimos a recordar una lección de la historia. Cuando un pueblo defiende sus derechos, defiende su libertad. Cuando los poderosos de afuera quieren decidir quién gobierna, la respuesta tiene que ser la misma que hace 80 años: la soberanía no se negocia».  

Dos horas antes, la marabunta habitual de Plaza Constitución se vio modificada en su paisaje por las agrupaciones de todas partes que comenzaron a ordenarse en la plaza. Tres puntos neurálgicos fueron los elegidos para agruparse y caminar hacia la casa de CFK: Plaza Constitución, Once y Retiro. En Constitución, distintas agrupaciones se ordenaban detrás de La Cámpora. Hombres, niños que con remeras y banderas flamean la cara de Perón, Evita, Néstor y CFK. La lluvia amenaza pero no se manifiesta. La gente conversa, mira hacia adelante, se pone ansiosa. Cuatro cuadras de caminata sobre la calle Lima separa a la caravana de la casa de la expresidenta. Este aniversario que conmemora el Día de la Lealtad Peronista no resulta un día más, ni para los argentinos que decidieron movilizarse, ni para Cristina. Pasaron 80 años de esa enorme convocatoria obrera y sindical en la Plaza de Mayo. El 17 de octubre de 1945 el pueblo exigió y obtuvo la liberación de Juan Domingo Perón, detenido pocos días antes. «Como si la historia fuera circular, acá estamos, yo más viejo y cansado pero igual de convencido. Si no salimos a reclamar por la libertad de Cristina, si no exigimos que el gobierno no planifique hambre para las grandes mayorías, ¿quién lo va hacer por nosotros? Hoy vine con mi hija y mis nietas. Estoy un poco emocionado», cuenta para Página/12 Oscar, un jubilado de 84 años que vino con su familia desde Avellaneda. Mientras reflexiona toma del brazo a su hija para descansar un poco. Mira las banderas flameando, sonríe y agrega: «hay algo siempre de alegría que tenemos los peronistas, que incluso en las peores épocas, no claudica ni abandona». 

La columna del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) caminó hasta la casa de la expresidenta. Entre abrazos y reconocimiento de los vecinos, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y gran parte de su gabinete de ministros participaron de la caravana. Hace pocos días Kicillof visitó a CFK en un encuentro que los juntó después de varios meses de distancia. En este caso, el Gobernador acompañó con los militantes. «Hoy hemos venido a participar y en todo el país están haciendo actos, porque con la justicia se persigue a los dirigentes del peronismo a lo largo de la historia. Al propio Perón con la proscripción, con el exilio, la dictadura militar, tenemos una larga experiencia, y el punto de partida de todo esto es la democracia», expresó Kicillof.

Cuando la caravana comenzó a avanzar, pasadas las cinco de la tarde, un grupo de chicas de Quilmes comentan que la intendenta del municipio, Mayra Mendoza, había entrado a San José 1111. «Para nosotras es re importante acompañar a Cristina hoy. No sé, nos estamos acostumbrando a que poder verla solamente desde el balcón, pero es todo una locura. Yo soy estudiante de derecho, y estoy discutiendo todos los días de mi vida un fallo vergonzoso como pocas veces se vio en este país, y mirá que pasaron cosas», explica una joven de menos de 22 años. Mientras tanto en las calles, la policía de la Ciudad de Buenos Aires interrumpe el tránsito en la calle Lima, y la multitud avanza. La movilización por el Día de la Lealtad Peronista comienza a tomar cuerpo, ritmo y colores. Alrededor de la casa de CFK se instalaron puestos de comida, bebida, remeras, banderas, mates, imanes, fotografías, posters y más. «Cinco mil pesitos el choripán, precio amigo, precio popular», grita un vendedor sobre la esquina de Lima y Humberto 1°, el punto exacto donde las filas de La Cámpora doblan para llegar a menos de dos cuadras a saludar a Cristina. 

Las conversaciones giran en torno a la injusta condena que atraviesa la expresidenta y sobre la situación social actual. Adriana y Laura son jubiladas, y es la primera vez que se suman a una manifestación del movimiento Peronista. «Hoy le decía a ella, yo estoy peor que nunca. Peor que en toda mi vida. Trabajé en una empresa de informática durante décadas, nunca me faltó nada. Ni en la época de la pandemia estuvimos así. Desde que asumió Milei estoy cada vez peor», detalló Adriana. Cinthya, una joven que vive en Ezeiza, le explicó a Página/12 que para ella, como nunca, hay que estar con convicción por todo lo que se les quiere arrebatar. «Vamos a demostrar la lealtad con ella hoy, por eso vamos a su casa, como tantas veces lo demostró ella al conducirnos». «Creo que el pueblo despertó, ya no estamos preocupados, estamos convencidos, porque hay un sector que no es peronista pero ya comprendió que es mucha la gente que está padeciendo».

Las calles se afinaron y la presión de la multitud se empezó a sentir. Una moto de un vecino distraído quedó atrapada entre la multitud y fue motivo de bromas: «El vecino no la vio», aseguraban los asistentes. Los bombos y las trompetas de la orquesta que caminó delante se hizo dueña del lugar. «Abran paso, llegó la JP», y «Con la Jefa los soldados de Perón», retumbó con fulgor. Los vecinos que caminaban sin estar agrupados se repliegan hacia las veredas. Los adultos, ancianos y jóvenes miran con alegría el despliegue musical mientras se acomodan en el poco espacio que iba quedando. Con los cánticos llegó el baile, la mística. Desde un cordón, Florencia, una docente de 43 años, habla con bronca aunque sonría: «Vengo porque lo que le están haciendo a Cristina es una injusticia para el pueblo. Están matando a la democracia». 

Es Milei o la Argentina

Cerca de las seis de la tarde, en el momento más festivo de la tarde, todo se detuvo por unos segundos. Comenzó a esucharse la voz de la expresidenta. Algunos distraídos advertiron que no escuchaban bien y empezaron a correr para acercarse a los parlantes. Los bombos se detuvieron, hubo una gran ovación. CFK dirigió un mensaje de audio que duró algunos minutos y además de saludar a todos los asistentes, recuperó parte de la historia que explica el Día de la Lealtad y el paralelismo actual con los últimos pasos dados en la relación con los Estados Unidos. «Qué cosa más curiosa, ¿no? Exactamente 80 años después, otra vez nos ponen en la misma disyuntiva. En aquel entonces: era Braden o Perón. Hoy pareciera ser Bessent o Perón. Estar 80 años después en la misma situación revela que el verdadero problema que tenemos como país no es la injerencia extranjera, sino la incapacidad genética de la derecha y del poder económico en la Argentina para proponer un proyecto de país que incluya a todos los argentinos». De repente, comienza a sonar entre la gente una canción que le habla al gobierno: «Aman a Trump y a Musk, son la vergüenza de la Argentina».

«Hoy hay algo más profundo que la escasez, hay cansancio en los argentinos. Hay frustración, hay angustia, la sensación de que el futuro no existe. No es sólo que no alcanza, es que no se sabe si lo peor ya pasó o si todavía no llegó», reflexionó CFK casi en el cierre de su mensaje, donde también señaló la deuda de las familias argentinas nacida con el modelo libertario: «Esa fue siempre
nuestra fuerza: transformar el dolor en organización, la crisis en esperanza y
la desesperanza en militancia. Y ojo, que si no lo hacemos nosotros, no lo va a
hacer nadie. Milei, está claro, está ocupado en otras cosas». Al final, llamó a los argentinos a votar el 26 de octubre para frenar el modelo actual: «Es Milei o la Argentina», expresó. 

A las seis en punto de la tarde, estalló la multitud que vio salir a CFK a saludar. Con alegría, banderas, mensajes, y canciones como «Cristina corazón, acá tenes los pibes para la liberación»; la militancia saludó a su principal referente. La tarde fue cerrando lentamente, la gente parecía que querer irse de las inmediaciones.

La gente, parece, en realidad nunca se va. 

source

Compartir este contenido