25 de octubre de 2025

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Enarsa no paga y se frena el gasoducto 

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La única obra pública libertaria en infraestructura para Vaca Muerta sigue paralizada, con la novedad de que la compañía privada adjudicataria de los trabajos para cambiar el sentido del flujo de gas en cuatro plantas compresoras, Esuco, afirmó tener problemas financieros porque Enarsa no le paga los “certificados adeudados”. La firma envió una nota a las autoridades de la empresa estatal de la energía informando que la situación “resulta insostenible desde todo punto de vista”; algo que contribuye a empeorar el panorama de un proyecto, reversión del Gasoducto Norte, que ya venía demorado.

La contratista Esuco advirtió en una carta dirigida a Enarsa –responsable de gestionar los contratos con privados vinculados con la infraestructura en Vaca Muerta-, que si no se normalizan los pagos no podrá continuar con el proyecto de reversión del Gasoducto Norte. La empresa, propiedad de la familia Wagner, envió una solicitud a la que accedió El Post Energético, en la que le reclama: “promediando el mes de octubre aún no contamos con los fondos que necesitamos para solventar las obras, situación que resulta insostenible desde todo punto de vista”. En otro tramo, remarca que por la mora acumulada, la compañía se vio obligada a financiar la continuidad de los trabajos a tasas de mercado que “superan ampliamente las previstas en la estructura de costos original” por lo que exige que con “extrema urgencia” se proceda al pago “inmediato” de los certificados adeudados.

La misiva resalta que los atrasos impiden «continuar con el normal desarrollo de los trabajos” y agrega que la falta de pago “ha quebrado la ecuación económico-financiera del contrato”. Si Esuco abandonara definitivamente las obras, Enarsa no tendría otra alternativa que volver a licitarla, lo que demoraría todavía más la finalización. “En el sector no descartan algún acuerdo con la transportista TGN -operadora del Gasoducto Norte- para completar los trabajos”, agregan desde El Post.

La reversión del Gasoducto Norte es una obra estratégica destinada a invertir el flujo del gas natural, permitiendo canalizar “4 millones de metros cúbicos diarios adicionales” de gas de Vaca Muerta hacia el norte del país, cuando antes sucedía al revés: ingresaba el gas desde Bolivia. El proyecto fue licitado en el tramo final del gobierno de Alberto Fernández, pero perdió ritmo con la llegada de los libertarios al poder: la obra pública se suspendió, a pesar de que este proyecto puntual contaba con financiamiento internacional, a través de la CAF y del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe. Las acciones involucran la construcción de un gasoducto de 122 kilómetros, entre las localidades cordobesas de Tío Pujio y La Carlota, dos loops en la misma provincia y el cambio de sentido de flujo en cuatro plantas compresoras.

Bajo el gobierno de Milei, las obras de reversión en las plantas compresoras fueron adjudicadas a la empresa Esuco, en un procedimiento que generó polémica al interior de Enarsa. Según describe el medio, tuvo un mal desempeño en la construcción de una planta compresora en Mercedes, Buenos Aires. Se trata de una obra complementaria al ex Gasoducto Néstor Kirchner –actual Perito Moreno- que tampoco se terminó “en tiempo y forma”. De modo que para los técnicos de Enarsa resultó “inexplicable” que le adjudicaran también las obras en el Gasoducto Norte.

“De acuerdo con versiones que circulan en el mercado, Técnicos de carrera de Enarsa le advirtieron a las nuevas autoridades sobre los malos antecedentes de Esuco -e incluso alguno hasta se habría negado a poner su firma- pero la orden política fue avanzar igual”, detalla el portal.

El 4 de noviembre del año pasado, el Gobierno nacional anunció, con bombos y platillos, la inauguración de la reversión del Gasoducto Norte pero casi un año después todavía falta terminar el cambio de sentido de flujo de las compresoras. De acuerdo a los datos de Post Energético: “En el contrato original, Esuco se comprometía a terminar los trabajos en junio de 2025. Sin embargo, a la fecha la más avanzada es la de Lavalle, con un 75 por ciento, mientras que la de Dean Funes apenas alcanza el 27 por ciento, de acuerdo con datos que circulan en la industria”. De las cuatro plantas compresoras por readecuar, dos se encuentran en Córdoba (en Ferreyra y Dean Funes) y las restantes en Santiago del Estero (Lavalle) y Salta (Lumbreras).

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