La demanda de reducción de la jornada laboral tiene antecedentes históricos muy fuertes para justificarla. Argentina se encuentra hoy entre los países con la jornada legal más larga del mundo. Establecida desde 1929 en 48 horas semanales, nunca fue modificada.
Una investigación de Fundar (firmada por Etchemendy, Ottaviano y Santolaria) reveló que la jornada laboral promedio en Argentina es de 37 horas semanales. El 66 por ciento de los trabajadores realizan jornadas laborales que alcanzan a menos de 42 horas semanales. Una reducción del tiempo de trabajo semanal a 42 horas afectaría solamente al 34 por ciento de trabajadores registrados, apuntan los autores.
Vale aclarar que la reducción de la jornada laboral no implica que se obligue al trabajador a cumplir un horario más restringido, sino que si prefiere trabajar más horas, se le deba pagar como corresponde, el excedente de horas sobre la jornada legal, como horas extras.
Según la evidencia histórica, la reducción de la jornada laboral ha tenido efectos nulo o insignificante sobre los niveles de empleo. Tampoco soluciona la mala distribución del trabajo entre subocupados y pluriempleados. En cambio, es más evidente el efecto distributivo del ingreso, al mejorar la retribución de aquéllos que habitualmente cumplen horarios más extendidos y, por lo tanto, quedarían alcanzados por el efecto de reducción de la jornada legal.
Por otra parte, refiere el estudio que los asalariados registrados constituyen la categoría ocupacional con mayor porporción de trabajadores con jornada promedio superior a las 42 horas semanales, el 34 por ciento.
En el caso de los cuentapropistas, la proporción de trabajadores con cumplimiento de tareas por arriba de las 42 horas semanales llega al 30 por ciento, mientras que entre los asalariados no regtistrados dicha proporción es de tan solo el 27 por ciento.
Por otra parte, la misma investigación consigna que las actividades con mayor tasa de sobreocupación (en este caso, toma como referencia la proporción de trabajadores con jornadas laborales que suman en la semana más de 48 horas), son las de sectores primarios (incluido el agro), con un 36 por ciento; la construcción, el 26 por ciento, y en un tercer renglón, Comercio, Hoteles y restaurantes, y Transporte, coincidiendo los tres en el 16 por ciento.

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