La Selección argentina sub-20 tiene una oportunidad histórica este miércoles: enfrentará a Colombia desde las 20 (transmiten DSports y Telefe) con el objetivo de continuar brillando en el Mundial de Chile y volver a una final después de 18 años. Los conducidos por Diego Placente, que conjugan pasado, presente y futuro en un equipo nacional que encendió la máxima ilusión al otro lado de los Andes, sueñan con seguir alimentando esa llama de fútbol.
El conjunto juvenil argentino vive un presente de lindos días que esta Copa del Mundo viene condensando a la perfección: invicta, arrolladora y llena de gol, la Selección sub-20 ha sido el único combinado que ganó todos sus partidos en el torneo que se está jugando en el país trasandino, donde además de buen fútbol y contundencia logró una notable cuota goleadora (14 tantos en cinco partidos) que la convierten en el equipo más anotador de los que continúan en el certamen.
Los dirigidos por Placente, con su buen andar, han invocado al glorioso pasado argentino de la categoría. Y han hecho historia, metiéndose en semifinales y destacando al seleccionado nacional entre los cuatro mejores del mundo, algo que a nivel sub-20 el país no conseguía desde el Mundial en Canadá de 2007. En aquella edición, en la que jugadores de la talla de Ángel Di María o Sergio “Kun” Agüero brillaron para el elenco albiceleste, los entonces conducidos por Hugo Tocalli, curiosamente, también se ganaron su lugar en semifinales tras eliminar a México en cuartos de final, al que vencieron por 1-0 con gol de Maxi Moralez. Aunque se sufrió en el primer tiempo (Sergio “Chiquito” Romero fue figura con dos tapadas y dos remates mexicanos dieron en los palos), sobre el final el exvolante de Racing combinó con el actual Rosario Central para marcar el tanto de la victoria: Moralez recuperó en mitad de cancha, cedió a Di María y este le devolvió con un toque a pura calidad y engaño para que su compañero defina al gol. Tras vencer en la final a República Checa por 2-1, ese seleccionado argentino ratificaría la corona conquistada en Holanda 2005 -el primer título de Lionel Messi con Argentina- y se consagraría campeón sub-20 por sexta vez en su historia.
Después de invocar esa gloriosa historia y de romper el hechizo de 18 años sin semifinales mundialistas, la ilusión de este grupo es dar un paso más. Eso implica cruzarse, a nivel juvenil, con una de las mejores selecciones sudamericanas del último tiempo, tal como sucedió en Mayores en la Copa América 2024 que finalmente alzó la Scaloneta luego de un gran torneo de Colombia.
Son equipos que se conocen. El historial reciente los enfrentó en el último Sudamericano, en Venezuela, con un saldo de un empate y una victoria para la Albiceleste. Placente, sin embargo, recuerda a los cafeteros como un difícil rival. “Nos costó, empatamos y ganamos. Los dos partidos (fueron) muy parejos y este va a ser igual“, anticipó el DT nacional en la previa. Si Argentina viene siendo una máquina soberbia de goles y fútbol, Colombia ha demostrado ir creciendo en su juego y goleo a lo largo del Mundial, despachándose con tres tantos por partido en octavos y cuartos para eliminar a Sudáfrica y España, respectivamente.
Los dos seleccionados llegan con bajas sensibles. Argentina perdió en la victoria sobre México a dos jugadores importantes: el defensor central Valente Pierani sufrió un esguince de rodilla y el virtuoso Maher Carrizo (tres tantos y una asistencia en el torneo) se quedará afuera por acumulación de tarjetas amarillas. Por esa misma penalidad, el elenco conducido por César Torres sufrirá la ausencia de Neyser Villarreal, la estelar figura colombiana en esta fase eliminatoria, autor de cinco de los ocho goles de su equipo en este torneo.
Hay un antecedente entre ambas selecciones en una Copa del Mundo sub-20. Fue hace exactamente 20 años, por los octavos de final de Holanda 2005, y terminó con un triunfo albiceleste por 2-1 (goles de Lionel Messi y Julio Barroso) que le permitiría al plantel conducido por Francisco “Pancho” Ferraro seguir avanzando en el certamen en el que finalmente se coronaría campeón. Además de ese recuerdo auspicioso, las estadísticas aportan otro dato que invita al entusiasmo y simboliza el poderío nacional en este tipo de definiciones: Argentina perdió apenas una de las ocho semifinales que disputó desde 1979 en los mundiales de esta categoría.
Es cierto que, más allá de números o antecedentes, la historia de este equipo dirigido por Placente es otra historia, única, nueva y diferente, y que los jóvenes futbolistas bajo su conducción son los exclusivos encargados de escribirla. Pero también es verdad que la identidad se nutre de sus raíces históricas, esas que estos grandiosos chicos tienen al alcance de la mano, nomás levantar la vista: su entrenador fue uno de los protagonistas de la coronación en Malasia 1997, una de los seis títulos que convierten a Argentina en el país más ganador de la historia de los mundiales sub-20. Apoyados en ese fuerte pasado, vibrantes y vigorosos artífices de este presente y artesanos del fútbol que se viene, los pibes argentinos enfrentan este miércoles a Colombia en búsqueda de la final mundialista en Chile, un sueño que conjuga todos los tiempos y exige alentarlos, disfrutarlos y soñar junto a ellos.
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