24 de octubre de 2025

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Las razones por las que Mariano Cúneo Libarona deja el Gobierno

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Javier Milei tenía previsto reformar su Gabinete el día después de las elecciones, pero algunos de sus integrantes decidieron arruinarle los planes al Presidente, que no transita las semanas más apacibles de su gestión. Después de la salida de Gerardo Werthein de la Cancillería, Mariano Cúneo Libarona confirmó a través de los medios que también saltaría del barco. La semana próxima dejará el Ministerio de Justicia, donde se había convertido en una pieza decorativa, ya que las decisiones las tomaba su número dos, Sebastián Amerio. En la Casa Rosada todavía no anticipan qué pasará con la cartera. Una de las dudas es si se fusionará Justicia con Seguridad, que también quedará vacante si Patricia Bullrich gana una banca en el Senado.

Cúneo Libarona cumplió con todo el manual de La Libertad Avanza (LLA): despidió a trabajadores estatales, hostigó organismos de derechos humanos y denostó a las mujeres. Pero no alcanzó para que su estadía por el Ministerio de Justicia fuese tranquila.

Rápidamente fue Amerio, hombre de confianza del asesor Santiago Caputo, quien tomó el timón. Cúneo reconoció que se iría a partir del lunes. “Me voy feliz. Dejé la vida en la gestión”, le dijo a Infobae.

Cúneo Libarona también declaró que consideraba haber cumplido con todos sus objetivos y ponderó, por ejemplo, la implementación en catorce jurisdicciones del sistema acusatorio, que hace que sean los fiscales quienes conduzcan las investigaciones y que los jueces controlen que no se violen las garantías. En realidad, no logró ponerlo en marcha en la jurisdicción más política del país: los tribunales federales de Comodoro Py, donde se le amotinaron los fiscales. Tuvo que postergar su aplicación para el 10 de noviembre, pero es un secreto a voces que volverá a dilatarse.

Al comienzo de su gestión, Cúneo convocó a una comisión para reformar el Código Penal, pero Bullrich la intervino con dos de sus hombres de confianza, Fernando Soto y Carlos Manfroni. La reforma, que introdujo cuestiones ultrapunitivistas, fue presentada por la ministra de Seguridad en el penal de Ezeiza, sentada junto al Presidente, mientras Cúneo Libarona debió escuchar desde el público.

El principal escándalo que afrontó Cúneo fue la filtración de un video en el que se lo ve reunido con Timothy Ballard, un exagente de inteligencia estadounidense que se presenta como un luchador contra la trata de personas. Ballard quiso venderle tecnología a Milei, pero Bullrich se lo impidió y recordó que el exagente acumulaba una veintena de denuncias en su contra por presuntos abusos sexuales. En el video, difundido por C5N, se lo escuchaba a Cúneo prometiéndole leyes a medida a Ballard y también ofreciéndole contacto con periodistas para limpiar su imagen.

En las últimas semanas, también se supo que su interés no estaba del todo centrado en el ministerio. Por el contrario, estaba intentando ser admitido en el selecto Jockey Club, pero los asociados lo rechazaron. Cúneo Libarona se va con el 33 por ciento de los cargos vacantes en el sistema de justicia y sin haber enviado pliegos para cubrir esas vacancias, pese a las promesas que hizo en los primeros tiempos de gestión.

Resta saber qué pasará, por ejemplo, con la Subsecretaría de Derechos Humanos, donde Cúneo Libarona designó a su amigo Alberto Baños. A Ámbito Financiero, Cúneo Libarona le dijo: “Mis funcionarios siguen”. En la ex ESMA, donde Baños tiene sus oficinas, no se lo vio juntando sus cosas. Baños tiene una interna dentro de la Subsecretaría porque allí ganaron lugar “las fuerzas del cielo” –que responden a Caputo– y coparon el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH). De ese organismo dependen el Archivo Nacional de la Memoria y el Museo Sitio ESMA.

Amerio es candidato para hacerse cargo del Ministerio, aunque parece tener otro cargo en la mira: la Procuración General de la Nación, que está vacante desde 2017, cuando Mauricio Macri forzó la renuncia de Alejandra Gils Carbó.

El nombre que circula con fuerza es el de Guillermo Montenegro, actual intendente de General Pueyrredón y uno de los primeros dirigentes del PRO en ponerse el buzo violeta. Montenegro tiene banca en Comodoro Py, donde se desempeñó como juez federal. La intención de Montenegro es quedar a cargo de un súperministerio que reúna Justicia y Seguridad.

En los tribunales también anotaban dentro de la “lista corta” a Manuel García-Mansilla, el excomisionado de Milei ante la Corte Suprema. García-Mansilla está coordinando equipos para redactar proyectos de reforma para el Gobierno. Estuvo de invitado estelar en la Fundación Faro, el think tank mileísta, junto con María Ibarzábal Murphy, la secretaria de Legal y Técnica y persona de confianza de Caputo.

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