El ministro de Seguridad Pública de Chile, Luis Cordero, es hijo de un policía y afirma que la institución Carabineros hizo una reforma tras las denuncias de violencia institucional durante el estallido social de 2019. «Carabineros reconocíó institucionalmente las violaciones a los derechos humanos y recuperó la confianza de la ciudadanía», dijo a Página/12 el funcionario del gobierno de Gabriel Boric en su reciente visita a Buenos Aires.
Cordero mantuvo una reunión con su par Patricia Bullrich, con quien abordó instalar una mesa de trabajo tras el escándalo ocurrido en el partido de fútbol entre Independiente y Universidad de Chile, hace poco más de dos meses, en el estadio del equipo argentino.
De cara a las elecciones presidenciales del 16 de noviembre, en las que la candidata oficialista Jeannette Jara lidera el sondeo de la consultora Cadem (28 por ciento) seguida por el ultraderechista José Antonio Kast (23 por ciento) y la conservadora Evelyn Matthei (14 por ciento), el ministro refutó la propuesta de la derecha de mano dura a la inmigración. «Hay que tener mucho cuidado cuando se utiliza el miedo como estrategia electoral». En cambio, en el programa de la izquierda prometen «un control fronterizo inteligente y efectivo», invirtiendo en tecnología.
– ¿Cuánto se avanzó en una reforma de Carabineros tras las violaciones a los derechos humanos por parte de la institución ocurridas en el estallido social?
– Durante esta administración, Carabineros ha demostrado una capacidad de resiliencia a través de progresivas adecuaciones y reformas, que fueron dialogadas y compartidas con el mundo civil. Es una institución que reconoció las violaciones a derechos humanos, las abordó institucionalmente desde el punto de vista de sus programas de estudio y en materia de orden público; recibió colaboración internacional, y sus protocolos de actuación cambiaron sustancialmente. Carabineros ha vuelto a recuperar confianza, autoridad y legitimidad. La gran enseñanza de todo ese proceso es que el uso inadecuado de la fuerza lo que hace es que afecta la legitimidad de las instituciones.
– Gustavo Gatica es candidato a diputado independiente. Quedó ciego a causa de la represión, entonces su postulación es todo un símbolo, ¿no le parece?
– Claro. Carabineros ha reconocido a las víctimas. En los informes que Chile tuvo que dar el año pasado ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en uno de los exámenes también estaba Carabineros, y la institución fue muy explícita en los ilícitos que se había cometido, pero también las medidas que adoptó para responder a las recomendaciones internacionales.
– Los candidatos de la derecha como Matthei y Kast señalan que parte de la cuestión de la violencia en Chile tiene que ver con la inmigración ilegal y plantean la construcción de un muro estilo Trump en Estados Unidos. ¿Usted cree que es la solución un muro?
– Al gobierno lo define su acción y lo que es realmente posible, no solo desde el punto de vista de los recursos, sino de la realidad. En el caso de de buena parte de las elecciones en el mundo, hay tres cosas que las han definido en general: seguridad, migración y costo de vida. En los últimos años en América latina la migración se tornó relevante a raíz de la diáspora venezolana. Que nosotros tenemos crímenes que el país no tenía con anterioridad, la respuesta es sí. Que ha aumentado la población penal en nuestro país de nacionalidad extranjera también, nosotros hace una década teníamos cuatro por ciento de la población penal extranjera, hoy día es el 16 por ciento. ¿Hay una relación entre migración y delincuencia? La respuesta es no. Por otro lado, las organizaciones criminales explotan la violencia, y los principales afectados son los grupos vulnerables. En ocasiones, la idea del muro es una representación gráfica de algo que, si usted quiere abordarlo oportunamente, en realidad es poco eficiente y va a destinar recursos públicos que podía orientar en otro sentido. En cambio, es mejor invertir adecuadamente en tecnología en la frontera, que es lo que está haciendo hoy Chile.
– Chile registró una baja de la tasa de homicidios de 2,5 por cada 100 mil habitantes en el primer semestre del año, respecto al mismo semestre del 2024, según el último informe. Pero la tasa anual fue de 6 homicidios por cada 100 mil habitantes, el doble que hace una década. ¿Cómo se aborda este tema prioritario para la sociedad chilena y que suele ser caballito de batalla de las derechas?
– Yo creo que hay que tener mucho cuidado cuando se utiliza el miedo como estrategia electoral, porque en algún sentido la clave de que usted pueda actuar institucionalmente es que le transmita a las personas que puede confiar en sus instituciones que son las policías, los fiscales y los jueces. Chile ha tratado de focalizar en dos grandes ideas: presencia y resultado. Pero que el resultado se dé en tiempos oportunos, porque ese es el otro aspecto. Usted puede tener un homicidio hoy pero si lo resuelve en 10 años más no le sirve de mucho, porque el tiempo juega a favor de la impunidad. Entonces, la primera estrategia ha sido fortalecer equipos tempranos de atención y de abordaje policial para la persecución penal de los delitos cometidos por organizaciones criminales: inmediatamente al sitio del suceso no solo llegan la policía y los fiscales, también un equipo especializado para el levantamiento de evidencia. Esa evidencia de ese primer momento es clave para poder obtener luego información. Segundo, ha invertido en tecnología para las policías. Hoy día lo que define la identidad de las personas es la capacidad que tenga el Estado de poder sustraer esa información pero además integrarla. Y tercero, que las policías tengan indicadores de esclarecimiento temprano para que tengan un orden de magnitud.
– Con la ministra Bullrich trataron lo ocurrido en el estadio de Independiente, ¿qué se podría haber hecho como para prevenir semejantes hechos de violencia en un partido de fútbol?
– Yo creo que lo que sucede en la gestión dentro de los recintos deportivos depende en buena parte de los organizadores, ¿no?. Nosotros habíamos tenido el partido previo de Universidad de Chile contra Independiente en Santiago. Los mecanismos de comunicación respecto a las personas con prohibición del ingreso fueron bien expeditos, la forma en que se realizaron los resguardos de ingreso y de egreso funcionaron adecuadamente. La impresión que tenemos es que mirando las obligaciones que le corresponden a los organizadores se pudieron haber hecho las cosas mejor. Lo que corresponde a los intercambios de información entre autoridades de seguridad y policía es un tema que nosotros hemos definido como protocolos de actuación para que sea de modo permanente y no simplemente asociado a cada evento deportivo.
-¿ Ese protocolo falló?
– No. Yo creo que lo que había que hacer es más bien institucionalizar. Hoy día nosotros tenemos flujos de comunicación entre las policías, pero es conveniente que los ministerios de Seguridad también se involucren.
-¿Con la ministra hablaron del Tren de Aragua?
– Sí. Chile ha ocupado una estrategia policial y de persecución penal muy intensa contra esa organización criminal, es uno de los países en la región que más persecución penal e investigación policial ha realizado, dispone de muchísima información, de caracterización criminal, de una organización que funciona con estructura de células franquiciadas, esencialmente.
– ¿Desde cuándo es que en Chile ha permeado tanto esta organización?
– Chile tuvo el ingreso de los principales líderes de esta organización criminal entre 2017 y 2019. Ingresaron por nuestra frontera cuando todavía no estaba instalado en el país el crimen organizado trasnacional. Y, por lo tanto, cuando los datos empezaron a arrojar delitos que el país no tenía, como el sicariato o los secuestros extorsivos, o el incremento de los homicidios, que nosotros veníamos con un aumento desde 2016, pero que se profundizó a partir del 2021 y en 2022. Chile tuvo que tomar una decisión en un contexto bien complicado, que fue actualizar la legislación de combate contra organizaciones criminales, ha dictado más de 70 leyes en materia de seguridad. Chile está compartiendo la información con el resto de los países de la región, porque no puede desbaratar organizaciones criminales transnacionales si no es con cooperación. La misma es muy intensa con Perú y con Colombia.
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