La Mesa Ecuménica, un organismo que reúne a referentes de organizaciones basadas en la fe religiosa, expresó “profunda perplejidad y descontento” ante la concesión del Premio Nobel de la Paz a la política opositora venezolana Corina Machado. Para el agrupamiento -que reúne a representantes religiosos, de organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos- “un galardón de esta magnitud debería ser el culmen del reconocimiento a una labor tangible, verificable y prolongada en la construcción de la paz, la justicia y la unidad de los pueblos”. Por el contrario, afirma la Mesa Ecuménica, “lamentablemente, la trayectoria de Machado parece distar mucho de estos principios fundamentales”.
Frente a esa consideración se advierte que “el Comité del Nobel tendría, en este escenario, la grave responsabilidad de haber mancillado el legado de galardonados ejemplares cuyo trabajo ha sido un faro para la humanidad”.
Al poner en duda el criterio utilizado para seleccionar a la política opositora venezolana la Mesa Ecuménica sostiene que “contrastar la figura de Machado con la de auténticos merecedores del premio resulta aleccionador”. Para ello se trae a la memoria los nombres de otras y otros reconocidos como Nelson Mandela (Sudáfrica), Malala Yousafzai (Paquistán), Rigoberta Menchú (Guatemala) y Adolfo Pérez Esquivel, galardonado en 1980, de quien se dice que “dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos y la no violencia en América Latina durante las épocas más oscuras de las dictaduras”. Sobre el argentino se recuerda que “su lucha surgió desde y para los más vulnerables, utilizando métodos pacíficos en una lucha coherente y desarmada”.
Señala la Mesa que “comparar estos legados con la carrera de Corina Machado genera una disonancia insalvable” porque “lejos de ser una hacedora de paz, su figura ha estado intrínsecamente vinculada a estrategias de confrontación y a actores cuyas acciones han buscado, de manera explícita, la asfixia económica de Venezuela”.
Se sostiene además que el hecho de que la activista venezolana haya respaldado “sanciones internacionales coercitivas -instrumentos de guerra económica que el propio Relator Especial de la ONU, Alfred de Zayas, ha calificado como crímenes de lesa humanidad por su impacto en la población civil- la descalifica moralmente para un premio que lleva la palabra ‘Paz’ ”.
Se recuerda a su vez que contra Machado existen acusaciones y vínculos “con esquemas de corrupción” y que “como referentes de diversos espacios de fe no podemos dejar de mencionar que la Biblia es clara en cuanto a que la paz solo es posible cuando es fruto de la justicia (Isaías 32:17)”.
El documento concluye señalando que “una elección como ésta no sería un reconocimiento a la paz, sino a la politización de un premio que debería estar por encima de intereses geopolíticos” y por lo tanto, “sería un insulto al pueblo venezolano, que anhela la paz verdadera, construida desde dentro, sin injerencias ni agendas desestabilizadoras, y una traición a la memoria de los gigantes que han portado con honor el nombre de la Paz”.
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