«El Garrahan es de los niños y no se toca», aseguraba el cartel de uno de los cientos de manifestantes que participaron este sábado de la caravana desde Congreso hasta la Quinta de Olivos, impulsada por los trabajadores del hospital de niños para exigirle al gobierno de Javier Milei el cumplimiento de las leyes de emergencia pediátrica, de discapacidad y de financiamiento universitario. El acto, realizado frente a la residencia presidencial, fue convocado por la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (Apyt), y contó con la participación de diputados, legisladores y referentes de diversos sectores. “Si Milei no cumple la ley vamos a apelar nuevamente al Congreso para que los diputados y senadores avancen con el juicio político”, dijo a Página/12 Norma Lezana, secretaria general de Apyt, quien anunció un paro en el hospital para el próximo martes, junto con una movilización a Plaza de Mayo.
La caravana fue impulsada en el marco del Cabildo Abierto por la Salud Pública, espacio que integran diversas organizaciones que enfrentan la motosierra libertaria. “Es una instancia muy plural y diversa, porque creemos en la unidad en la diversidad. El Cabildo Abierto reúne a distintas organizaciones de salud, pero también a diversos colectivos de derechos humanos, sindicales, políticos y sociales”, explicó Lezana y destacó la articulación que han impulsado “junto a sector de discapacidad, con el universitario y con el de jubilados y jubiladas». “Creemos que ante la crueldad del gobierno de Milei y este plan económico que no incluye la existencia del Garrahan, o el deber del Estado de garantizar la salud de las personas con discapacidad, o que haya jubilaciones dignas, es fundamental que nos unamos para luchar y enfrentarlo”, afirmó la gremialista y agregó: “Si Milei no cumple la ley vamos a apelar nuevamente para el Congreso para que los diputados y senadores avancen con el juicio político, porque está incurriendo en los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y de abandono de persona”.
Una gran cantidad de autos y camionetas se congregaron desde las 14:30 en uno de los costados de la Plaza de los Dos Congresos, en una fila desplegada sobre avenida Rivadavia que llegaba desde Callao hasta la altura del cine Gaumont. No había vehículo que no portara algún cartel, pancarta, bandera o calcomanía alusiva a la lucha en defensa del Garrahan, principal hospital pediátrico de Argentina y de la región, que se encuentra en una situación salarial y presupuestaria catastrófica debido al ajuste brutal implementado por La Libertad Avanza desde el inicio del mandato de Milei. Junto a la rotonda de Virrey Cevallos se ubicaba Eduardo, un señor que se acercó junto a su bicicleta para participar. “Siempre voy a defender las causas del pueblo”, dijo y aseguró que «los argentinos necesitamos sentirnos pueblo y reunirnos para enfrentar a este gobierno, que nos está perjudicando y está atacando nuestra soberanía».
El camión que encabezó la caravana hacia Olivos fue el escenario desde el cual se realizó el acto frente al predio de la residencia presidencial, instalado sobre la avenida Maipú, a metros del ingreso de la quinta. Sergio Silveira es papá de Amorina, una nena con TEA (Trastorno del Espectro Autista) que fue operada en el Hospital Garrahan de un tumor de Wilms. “Apoyamos al hospital por todo lo que nos brindaron y la buena atención que recibimos, no solamente nosotros sino todos los que van al Garrahan”, dijo a este diario y sostuvo que “protestamos para que el Presidente de una buena vez se digne a cumplir la ley, porque no puede ser que siga gobernando así. ¿Cuántas veces vetó ya?”.
A su vez, Sergio alertó sobre las consecuencias de la motosierra de Milei en el Garrahan. “Los efectos del ajuste de Milei en el hospital se perciben, te das cuenta. Antes había buen caudal de personal entre residentes y profesionales, pero ahora hay un faltante de personal impresionante”, señaló y mencionó la “falta de medicación y de insumos”. “Está pasando que incluso tienen que aplicar una inyección y no hay jeringas. Es desesperante el faltante que hay en el hospital. Necesitamos sí o sí que mejore la situación, o como mínimo que vuelva a como estaba antes, porque prefiero que esté a como estaba antes de Milei a que como está ahora”, planteó.
También participó de la caravana Ayelén, mamá de Maitena, niña que también se atiende en el Garrahan. “Soy mamá de una paciente del hospital y por lo tanto me compete venir a luchar junto a los profesionales, así como también junto a los universitarios, porque mis hijos estudian en la universidad pública, o a los jubilados, porque tengo una abuela jubilada. Por todas las familias estamos acá”, aseguró y sostuvo que “con semejante ajuste ya no podemos vivir”. “Tenemos que seguir saliendo a las calles y que Milei nos escuche. Él como presidente está pasando por arriba de la Constitución Nacional, porque ya se pasó 2 veces por el Congreso, las 2 veces se votó y él no está acatando la ley, está incumpliendo su deber”, remarcó Ayelén.
Estuvieron presentes diversos sindicatos y organizaciones, como la Asociación de Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop), la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa), la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE) y Autoconvocados del Garrahan, entre otras. Tomaron la palabra referentes de diversos sectores, entre ellas madres que integran la agrupación Familias Unidas por el Garrahan, trabajadores de prestadoras del sector de discapacidad y Claudio Mariani, militante de los derechos de las personas con VIH e integrante de la organización Igualar en Positivo. “Sueldos dignos, no de hambre”, exigía uno de los carteles. «El Garrahan es causa nacional», afirmaba otro.
A su vez, Carlos Bonomo, miembro del área de Radiología del Garrahan, enfatizó en la grave pérdida de profesionales que está sufriendo la institución pediátrica. “Hace 38 años que estoy en el hospital, desde que se inauguró, y si bien siempre tuvimos que luchar por condiciones de trabajo, por el salario, por los insumos, estos últimos dos años fueron terribles, y además de la falta de un buen salario estamos sufriendo el vaciamiento de personal, porque se están yendo un montón de profesionales valiosos e importantes a la actividad privada, básicamente porque no les alcanza para vivir”, alertó Bonomo. «Yo he formado a muchos compañeros, pero a los jóvenes no los puedo retener, pese a que estuvimos muchos años para formarlos, porque con estos salarios es casi imposible. Es urgente lograr una recomposición salarial que permita frenar la sangría lo antes posible», completó.
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