Mediante la utilización de un nuevo sistema de inteligencia artificial, una pareja de Estados Unidos logró concretar un embarazo clínico después de 19 años de intentos fallidos, múltiples intervenciones quirúrgicas y procesos de fertilización in vitro.
El proceso médico se hizo con el sistema de Seguimiento y Recuperación de Espermatozoides (STAR, por sus siglas en inglés), que facilitó la selección de espermatozoides en un caso de azoospermia no obstructiva, donde el paciente produce muy pocos espermatozoides, impidiendo su presencia en el semen.
En un estudio publicado en The Lancet por Zev Williams, director del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia, se explica cómo “este sistema totalmente automatizado y no invasivo» fue diseñado para ampliar el acceso a la paternidad biológica a personas diagnosticadas con infertilidad masculina severa.
El proceso cuenta con un sistema de imagen de alta velocidad, un chip de microfluídica y un modelo de detección de objetos basado en aprendizaje profundo. En conjunto, estos componentes permiten el análisis continuo y en tiempo real de muestras de semen a una velocidad superior a las técnicas actuales.
En este caso en particular, una muestra de semen que se examinó manualmente en portaobjetos no reveló espermatozoides, mientras que con el sistema STAR se lograron analizar 2,5 millones de imágenes en aproximadamente 2 horas y se detectaron siete espermatozoides: dos móviles y cinco inmóviles.
Ambos espermatozoides móviles se inyectaron en dos ovocitos maduros (uno recién extraído y otro descongelado), los cuales se desarrollaron en embriones en fase de segmentación. Trece días después de la transferencia, la paciente obtuvo su primera prueba de embarazo positiva, que evolucionó a un embarazo clínico confirmado.
Consultada por Página|12, Marisa Geller, directora médica de In Vitrio Buenos Aires y ginecóloga especialista en medicina reproductiva, explicó que si bien la inyección intracitoplasmática de espermatozoides no es algo nuevo, el sistema “aporta” al terreno de la fertilidad asistida y ayuda a “complementar” el trabajo que se hace día a día.
“Hoy estamos usando inteligencia artificial para muchas cosas, se está metiendo en todo lo que estamos haciendo en reproducción asistida. Para una donación, cuando elegimos a la donante, también lo hacemos por IA. Cuando hacemos una ecografía transvaginal, también. Cada vez se usa más. Pero es un complemento, porque no podemos resolver solo con eso”, detalló.
Sobre este sistema en particular, Geller analizó: “En definitiva, el embrión se basa en la materia prima, que son el óvulo y el espermatozoide. Los óvulos son los que sacamos cuando hacemos la aspiración folicular, y es un número finito. Mientras que los espermatozoides, en general, son muchos, aunque haya un factor masculino severo”.
Y agregó: “Lo normal es que haya 15 millones de espermatozoides, por debajo ya es poco. Con lo cual, elegir entre 15 millones, seleccionar cuál es el mejor, es importante. Y se puede hacer con IA o con otras técnicas. Pero lo importante es poder seleccionar el mejor espermatozoide”.
Hasta ahora, esta selección dependía del “ojo avezado” del biólogo encargado del proceso, pero en casos como el citado por The Lancet, en donde hay escasez de espermatozoides, no resultó suficiente.

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