«Los chicos tienen que leer libros para educar. Si quieren leer ficción, que lean en su casa». De esta manera, Bárbara Morelli, titular de la Fundación Natalio Morelli, trató de justificar la denuncia que ese grupo presentó contra la inclusión de obras como Cometierra de Dolores Reyes en el programa Identidades Bonaerenses.
En declaraciones radiales, Morelli estimó que «la denuncia es por sexualizar (sic) a menores de edad». La querella se encuadra en el delito de corrupción de menores y abuso de autoridad y es contra el director de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni.
Morelli dijo que «los textos se encuadran en varios delitos del Código Penal» y que «los chicos no están preparados para entender estos textos». Categórica, reclamó que «queremos que se retiren los libros de las bibliotecas».
Además, de Cometierra están en la mira obras como Las primas de Aurora Venturini, Las aventuras de la China Iron de Gabriela Cabezón Cámara y Si no fueras tan niña de Sol Fantín.
En otro pasaje dijo que «la medicina» apoya «sus postulados» a la hora de hacer la denuncia. Respecto de que la denuncia habla de la lectura en niños de 14 años, cuando las obras en cuestión se destinan a mayores de 16, alegó que se repartieron libros entre menores y ofreció presentar a padres que hicieron la queja. Sostuvo que» hay quince casos».
Temeraria, afirmó que los libros pueden ser tipificados en el Código Penal. «Cada uno puede expresarse como quiere, pero en menores de edad, no», dijo sobre libros que está estipulado que son para mayores de 16 años y con supervisión de adultos.
Como precisó este diario, la Fundación Morelli no figura inscripta en ningún registro oficial. No hay tampoco registros de la organización en bases de datos comerciales. Tiene un sitio web que marca que fue creada en 1952 para la «mejora para sus vecinos, tales como la pavimentación de calles, la instalación de alumbrado con luz de mercurio, la implementación de líneas telefónicas y otras iniciativas» en el barrio de Villa Luzuriaga.
Morelli dijo que los padres y los los alumnos «no eligieron leer» las obras en cuestión, sino que el ministro Sileoni «gastó 13 mil millones de pesos». Admitió que «lamentablemente» leyó los libros para hacer la denuncia e insistió en la idea de que se deben retirar los libros de las bibliotecas escolares, dado que «hay edades cognitivas» (sic).
Finalmente, por Radio Con Vos, pidió que se den lecturas que faciliten la salida laboral y descartó la ficción como forma de enseñanza. «Los chicos tienen que leer libros para educar. Si quieren leer ficción, que lean en su casa». Y consideró que Literatura es una de las materias «en las que peor les va» a los alumnos.
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